Arrepentido Ulises
Creyéndolos humanos
privados de su imagen
te rogué que les
dieras su primitiva forma
el eco de las risas,
el sabor de las lágrimas
el gozo de la amable
conversación nocturna
brillando como
hoguera que el temor ahuyentaba.
No quiero haber
expuesto tantas veces la vida,
que el dolor hizo
larga, para ver en sus ojos
dibujarse la burla o
escuchar sus engaños.
Devuéveles, oh Circe,
sus figuras de cerdos.
Juan Antonio Olmedo
Este poema cuenta con una rima asonante y está dividido en
hemistiquios compuestos por versos alejandrinos. Se trata de un monólogo
dramático en el que Ulises es el narrador y tal y como se nos muestra en el
verso final, se dirige a Circe.
En el poema distinguimos tres partes diferenciadas:
La primera, de los versos 1 al 5, Ulises recuerda la
petición a la hechicera para que devolviera a sus compañeros su forma original.
Con ese retorno les ha devuelto también la capacidad de reír, llorar o
conversar, características propias todas ellas de humanos.
La segunda parte, de los versos 6 al 8, el narrador esta
contrariado, ya que Ulises se muestra contrariado, pues sus compañeros al
volver a la forma humana, han recuperado a su vez aspectos negativos del ser
humano como la burla o el engaño.
En la tercera parte, verso 9, Ulises pide a la hechicera que
los vuelva a convertir en cerdos, mostrándose arrepentido. Quiere darles un
castigo por si lo engañan o se burlan de él, mostrando una visión de
desconfianza hacia el ser humano.
Este poema es una nueva visión de la figura de Ulises ya que
su bagaje en la vida lo han cambiado: es un hombre lleno de dolor y sufrimiento
que no siente ni el más mínimo aprecio por su tripulación y desconfianza del
ser humano.
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