“Migajas” es una obra (recreación literaria) que parte de la
presunción de que la historia ya es conocida. “Hansel y Gretel” (Hänsel und
Gretel) pertenece a los cuentos recopilados por los hermanos Grimm en el año
1812 en el norte de Alemania. En nuestro país la historia es muy conocida y
tiene una finalidad moralizadora para los niños. El título hace referencia a las migajas de
pan que Hansel esparce mientras su padre y madrastra llevan al niño y a su
hermana por el bosque donde van a abandonarlos.
En el texto, cuando Hansel hace esto, se dice “de nuevo a
escondidas”. Si el lector conoce el cuento es capaz de interpretar
correctamente esta frase, puesto que los niños ya habían sido abandonados una
primera vez, pero habían regresado porque Hansel había ido tirando piedras a
escondidas y, siguiéndolas (como ya hizo Teseo en el laberinto), había vuelto a
casa junto con su hermana. Este es el segundo intento de abandono, cuando están
más alejados del pueblo y en pleno bosque y Hansel, a falta de piedras, tira
migajas de pan.
Juan Carlos Fresnadillo narra a su manera en “Migajas” el
momento en que los niños terminan en la casa de una bruja que pretende
atiborrarlos de comida para luego comérselos. Recurriendo a este cuento la
revista logra captar la atención de los lectores, atraídos casi siempre por las
obras clásicas o cuentos conocidos.
La moda y la publicidad no tienen ningún prestigio
pero si lo mezclamos con mitología y literatura estamos dándole cierto valor a
esta publicación que ha sido calificada como inapropiada por estar dirigida a
un público mayoritariamente femenino ya que la revista pertenece a un periódico
progresista como es El País. Con ello se consigue que las personas que lo lean
tengan una buena conciencia. En el margen de la foto publicada en el semanal
de La Nueva España aparece un recuadro titulado "Reparto"
donde se explica a que diseñador pertenece cada prenda de ropa, es aquí donde
tenemos la publicidad camuflada.
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